miércoles, 12 de agosto de 2009

Día 6.Phnom Penh

Para hoy teníamos apalabrado un tuk tuk con el conductor que la noche anterior nos había llevado a mi hotel y pacientemente nos había esperado para ver que hacíamos. Apolo de nombre, pasó primero a por las chicas Lilach y Tila y a las 8.05 estaban en la puerta de mi hotel.


Los conductores de Tuk Tuk en Camboya son personas bastante alegres y con las que es fácil llegar a un trato, o no… Primero fuimos a ver todo lo relacionado con el genocidio que aquí ocurrió hace unas décadas, liderado por Pol Pot. La primera parada fue la escuela donde se llevaron a cabo las torturas, es impresionante lo que la mente humana puede ingeniar para hacer daño a sus iguales. Se trata de una escuela tomada por estos revolucionarios en donde cada “clase” era una sala-totuorio diferente. De aquella escuela tan sólo siete personas salieron con vida, tuvimos la suerte de coincidir con una de ellas y poder escuchar su relato. Este superviviente nos pidió que por favor propagáramos esta historia por nuestros países para que nunca se vuelva a repetir. Visitamos toda la macabra escuela hasta llegar a un video donde relatan una historia personal de una familia, pero no lo terminamos de ver puesto que se oía mal y los subtítulos tampoco es que se vieran bien, quizás pueda encontrarlo por la red…


Apolo nos esperaba en la puerta para llevarnos a los Killing Fields, lugar más estremecedor si cabe. Son los campos de exterminio donde se han encontrado más de 100 fosas comunes y más de 9000 cuerpos enterrados. Resulta escalofriante ver como mataban a niños, mujeres, hombres, seguidores de sus ideales e incluso a sus propias familias con armas rudimentarias para no “malgastar balas”, increíble.


Respirando hondo y tras pasar el trago decidimos ir al mercado Ruso. Es un lugar tipo los mercados que puedes encontrar en Tunez o Marruecos, abarrotado de ropa y souvenirs a precios bastante económicos como camisetas a 1 dólar o mochilas de buena marca a 10 dólares. Ahí hicimos alguna compra y proseguimos nuestro camino hacia el Palacio Real. Aquí se puede decir que pasamos con más pena que gloria pues tras haber pagado 6 dólares, precio excesivo, vimos que por muy bonitos que fueran por fuera los edificios, no tenían mucho que ofrecernos…


Aquí mismo nos juntamos con Juan Carlos y Francisco, con los que quedamos más tarde para cenar. Para cenar contamos con la presencia de Antoine y Benjamin, así que nos juntamos todos los que yo había estado conociendo durante el viaje, pasamos una agradable velada en un restaurante en el que parte del dinero recaudado va a parar a una asociación para niños.


Li, Tali y yo decidimos ir a tomar una cerveza y bailar un ratito. Bailamos pero la cerveza…estaba un poco cara, a precio europeo, aun así fue una buena culminación a un largo día, igual que el que nos espera mañana, viaje a Siem Reap en autobús, seis horas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario