Día 1 (Madrid-Helsinki-Hong Kong)

Ha llegado el momento, me encuentro en Helsinki, escribiendo no por gusto simplemente por orgullo español…mas tarde pasaré a explicar esto. El vuelo ha llegado a la hora así que me ha dado tiempo más que de sobra a hacer el tránsito. Tránsito cuanto menos curioso, me ha sorprendido enormemente la cantidad de gente que se mueve en este tránsito, gente de un lado para otro, gran cantidad de orientales y gente muy variopinta, empiezo a sentir que esta no es mi tierra jajaja. La principal razón de sentirme así es por el silencio sepulcral que corre por los pasillos de Vantaa (aeropuerto de Helsinki), por mucha gente que pasa (recordándome por momentos las horas punta del metro que en alguna ocasión me ha tocado vivir), no se oye lo más mínimo. He sentido vergüenza cuando se me ha ocurrido abrir uno de los velcros de mi mochila y ha hecho eco.

El vuelo ha sido tranquilo, me han dado arroz amarillo del que no se pasa y pollo en salsa de tomate y una chocolatina para comer, la verdad es que de los mejores manjares que he podido probar desde los aires…Algo que me ha llamado la atención ha sido que en las pantallas del avión al despegar y al aterrizar conectan una cámara que debe de estar instalada en la zona del tren de aterrizaje, curioso siempre y cuando el vuelo vaya según su cauce, no?

Por lo que he podido notar era un vuelo mayoritariamente de escala pues volaba mucha gente oriental y los que no lo eran tenían destinos asiáticos como China, Hong Kong, India, Tailandia, etc…

Una vez hecho el tránsito me encuentro aquí escribiendo (luego lo colgaré en el blog) por fuerza mayor, he llegado a la puerta de embarque del vuelo a Hong Kong y me he encontrado con al menos 6 ó 7 personas de mi edad, de diferentes nacionalidades con el portátil, haciendo no sé el qué, porque aquí no hay Wi-Fi… así que como buen Español, he sacado mi portátil y me he puesto a hacer tiempo para embarcar en el avión a Hong Kong.

Hemos salido con casi una hora de retraso y el trayecto ha sido de casi 10 horas…la verdad es que al final se me hacía un poco pesado, no habré dormido más de dos horas en todo el vuelo, pues cuando más conciliado tenía el sueño, el hombre que estaba al lado necesitaba ir al baño, no en vano se había bebido cerca de un litro de vino tinto…

Raymond, el hombre pegado a las mini botellas de vino, es un sueco que trabaja en china, cerca de Hong Kong y que volvía de sus vacaciones, me ha dado consejos para el viaje, aunque de poco han servido pues a la llegada a Hong Kong una llovizna que luego pasó a ser lluvia y más lluvia, nos esperaba.

Debido a esta lluvia no he podido moverme mucho, simplemente me he acercado a una zona de compras, el paraíso de las mujeres, tiendas por todas partes, joyerías para regalar, perfumerías, etc…los precios he preferido no mirarlos por si me entraba la tentación pero vamos en lo que he visto esta más barato que en Madrid.

Harto de mojarme, me he comprado un paraguas de aquí te pillo aquí te mato por 2 € y de ahí he ido a recoger la mochila que la había dejado en la consigna de la estación de ferrries (donde previamente había ido) y ya con mi equipaje he cogido el ferry a Macao.

De Macao me llevo buena impresión por el simple hecho de visitar la que fue una colonia Portuguesa tan lejana de sus orígenes, las calles guardan nombres portugueses aunque también tienen su nombre en cantonés, las tiendas también guardan su nombre portugués, eso si…no he oído lo más mínimo en portugués.

A parte de esto Macao es lo que llaman Las Vegas asiáticas, hay casinos, buenos hoteles (no el mio) y por la impresión que da, debe de haber espectáculos en los propios hoteles o en los casinos.

De Hong Kong no tengo fotos por la lluvia que me ha caído, de Macao si que las tengo pues aquí me ha respetado tanto que ha sido llegar al hotelazo y ponerse a diluviar…eso si calor hace para regalar…

Mañana entro en Vietnam!! Que ganas tengo! A las 4 en pie! Madrugón donde los haya…